Muchos desconocen este país, Guayana Francesa , que en verdad no es un país. Este pequeño territorio de Ultramar depende de Francia, pero está en Sudamérica. En la nube hay poca información al respecto, y como nos gustan los retos y conocer destinos poco turísticos no dudamos en ir. Además teníamos que pasar a visitar a Alex y Raquel (amigos de Barcelona).
Vamos a hablar de
Nuestra ruta;
Primeras impresiones de la Guayana Francesa;
Una vez en suelo europeo (?) tuvimos que cambiar nuestro ya muy adaptado portugués para maltratar nuestro casi desconocido francés.
- ¡Bonjour!
Nos decían todos sonrientes en Saint-Georges-de-l’Oyapock (frontera con Brasil), incluso las vans taxis que van directas desde la frontera a Cayenne (la capital) no nos presionaron mucho para subir.
Llegamos a Kourou
Nos pusimos al día de la vida con él y Raquel. Comimos y probamos el famoso “Tipon” ron con lima y azúcar. Fuerte para mí, adorado (de más) por Juan.
Y al día siguiente fuimos a ver el despegue del Ariane 5 en la playa. Lanzaban un cohete de comunicaciones y no nos lo podíamos perder. Y después a la cena VIP del lanzamiento, todo un lujazo. Para la gente que vive en la Guayana francesa esto de los cohetes es muy normal, es una vez cada mes así que no les hacen mucho caso. Eso sí, para nosotros era toda una novedad.
¡Algo impresionante!
Curiosidades Base Espacial:
Desde el año 1975 hubo un incremento en la economía del territorio gracias a que se estableció la base espacial europea en Kourou.
Base independiente de los EEUU y de Rusia.
Entiéndase así; enviar un cohete militar con sensores para localizar a X personas seguramente de países árabes, no es para invitarles a un café.
Por la plata baila el mono.
Nosotros aprovechamos que nuestros amigos tenían coche y lo recorrimos todo en coche. Pasamos con ellos la navidad y luego después de una semana nos fuimos a Cayenne.
Cayenne
Saliendo de Cayenne:
La cosa fue así; acordamos despertarnos temprano, 5 am porque Nico nos llevaría hasta la rotonda de la salida de Cayenne hacia Saint Laurent (en este país sólo hay dos carreteras…) y ahí probaríamos a hacer dedo.
Esa noche no conseguimos dormir más de dos horas seguidas. Nos pasa a menudo antes de arrancar una ruta a dedo después de estar más de 8 días quietos en algún lugar.
Para más inri, nos despertamos y caía una lluvia tropical de esas que no sabes cuando van a parar. Decidimos cambiar el lugar del dedo. Sería mejor una estación de servicio, por lo menos no nos mojaríamos. Estuvimos una hora ahí. Preguntando a diestro y siniestro con nuestro francés… ¡Imaginate! Conseguimos que nos adelanten 20 km… Y éste fue del único francés que en la Guayana Francesa nos ha levantado haciendo dedo.
El autostop en Guayana
La gente ni nos miraba, ni suplicando, los que se dignaron a darnos un poco de conversación, al final de ella nos pedían dinero, pero dinero exagerado.
Bueno, de ahí estuvimos casi una hora más para que un legionario extranjero, sí, sí, un legionario extranjero de francia pero paraguayo nos levantara y nos llevara incluso 60 km más lejos de donde iba… (Otra cosa que nos hace amar más a los paraguayos) …
En fin, pudimos charlar con él tranquilos, nos contó mil aventuras de la legión incluyendo sus experiencias en centro áfrica, Irak y ¡hasta que fue herido en Afganistán!
Y también nos recomendó que no nos fiemos de los medios… llegamos al destino, pero nos hubiéramos quedado mil horas más hablando con él.
Cerca de la frontera con Suriname
Cada cual siguió su camino, pero justo cuando nos bajamos que aún faltaban 150 km para Saint-Laurent, antes de poder extrañar al legionario y antes de levantar el pulgar, ¡zasca! nos para un portugués con su hijo que van directos hacia allí.
Perfecto, nos subimos y el trayecto de 3-4 horas las hicimos en 2… Corriaaa…que no veas… Más que la familia que nos llevó hasta Cayenne. Ponía el coche a 150 km/h.
En fin, el portugués, otro genio, se preocupo de llevarnos hasta la casa de nuestros amigos y después de casi 6 horas llegamos a nuestro destino Saint Laurent.
Llegamos por fin a Saint Laurent
Al llegar teníamos que ir rápido al consulado de Suriname (nuestro próximo destino) ya que queríamos averiguar lo del visado.
Menos mal que en el consulado trabaja una mujer muy amable que habla un inglés (demasiado) perfecto y que nos informó de todo. Si hubiera sido por el funcionario que te atiende en primera instancia no teníamos visa..decía que nuestro pasaporte estaba caducado (estaba mirando la fecha de emisión… Surrealismoooo)
Con la visa e instalados nos merecíamos descansar. Por unos días tocó dormir en hamacas con mosquiteras y unas vistas excelentes al bosque-selva o lo que sea que fuera.
¿Qué hicimos en Saint Laurent?
Pues más bien poco, recorrer el centro, el río y un de los campos de “concentración” /cárcel de la ciudad (eso es lo más turístico que tiene). Hay un par de cascadas que si tienes coche no te puedes perder… Nosotros nos las perdimos.
Esta ciudad nos gustó bastante poco,… mejor dicho, nada. Hay un rencor hacia los blancos por parte de los negros,que entendible o no, se siente en el aire y crispa.
Conclusión subjetiva;
En este territorio francés, el único no independiente de las 3 Guayanas si así las podemos llamar. Sigue habiendo un ambiente colonial. Los blancos son los que tienen el poder (cargos en los gobiernos, funcionarios, policías…) y los demás están resignados a ser la base de la pirámide sin oportunidad a ascender.
Muchos franceses de la metrópoli vienen aquí, se dice, que escapando de algo… y otros pocos queriendo vivir en la naturaleza (¿jipeándola un poco? Puede ser) y otros para trabajar en la base espacial ganando fortunas para luego volverse al viejo continente a gastarlas.
Pese a que las carreteras, las dos únicas principales y nacionales que hay, son razonablemente buenas. A Francia no le interesa invertir en este territorio en salud o educación. Incluso el transporte público es dudoso, con pocos servicios y caro.
Precios
Además de eso, los precios de los alimentos a veces son exageradamente altos. Por ejemplo, el kilo de tomates cuando estuvimos estaba por las nubes a 8€. Una locura.
Dicen que algunos productos van primero a la metrópoli, aunque estén más cerca de la Guayana Francesa, y de ahí al territorio de Ultramar.
Guayana Francesa, un territorio para visitar a precio europeo. Sin coche o sin pagar tour en euros poco o casi nada puedes hacer. ¿El dedo? A nosotros nos sirvió… hicimos todo a dedo.
Volveremos y ojalá sea independiente…
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