Brasil, el Gigante del Sur
Solo con oír la palabra Brasil, a cualquier hijo de vecino se le viene a lamente fútbol, playa y música… y sí, esa es en gran parte la esencia del coloso de América latina. Pero lamentablemente hay mucho más que decir, y no es bueno del todo.
Brasil fue uno de los últimos países del mundo en abolir la esclavitud (allá por los años 1888). Esta tendencia aún se ve reflejada en la actualidad. A grandes rasgos se podría dividir a la enorme población brasilera en 2:
– Blancos (Descendientes de europeos/japoneses)
– El resto.
Parece ser que en Brasil, ser de piel no blanca es sinónimo de ser sospechoso. Eso se da en todo el país, pero no hemos de ser hipócritas, se da en casi todo el mundo y en las Américas, donde más. Muchos son los relatos que cuentan como un grupo de blancos está consumiendo marihuana en la calle y la policía detiene a los no-blancos, aún sabiendo quienes eran los que la consumían. O detenciones a coches donde iba algún no-blanco. Pero no son necesarias las historias, basta con dar un paseo por cualquier ciudad bien poblada para ver como la policía siempre está deteniendo a grupos de personas que lo único que hicieron mal fue no haber nacido blanco.
Desigualandia
Pero Brasil es considerado uno de los países más desiguales del mundo no solo por la percepción de las detenciones callejeras o la distribución de los trabajos (los prestigiosos son para blancos y los menos cualificados para el resto, a excepción del fútbol y la música). Las estadísticas dicen que tan solo el 5% de la población más rica concentra el 50% de la riqueza de la, según la fuente consultada, 6ta economía mundial.
No bastó que en los últimos años, de la mano de Lula, más de 40 millones de brasileros hayan salido de la pobreza, y que se haya trabajado en la inclusión de millones de jóvenes a los estudios universitarios, en Brasil los ricos son cada vez más ricos.
Las estadísticas dicen que el desempleo en el país es menor al 7%. Este dato pudiendo ser o no cierto, no es del todo claro. Una persona que compra un lote de relojes, y luego los venda en los semáforos, se considera una persona con «ocupación» al márgen de lo precario, de que no tenga seguridad social ni pueda jubilarse. Está trabajando. Este trabajo en negro no tiene estadística, no se diferencia de quien gana un salario fijo y cumple con los aportes de un ciudadano ejemplar.
Siglo XXI
Este país, que es el 5to más grande en tamaño y el 5to en población, a nivel mundial, que acogió el mundial del 14 y las olimpiadas del 16, que supo colarse entre los países más poderosos del mundo. Poco ha cambiado al Brasil de hace 2 siglos, donde unos pocos acumulan todo el poder y dejan las sobras al grueso de la población. Tanto es así que en pleno siglo XXI tuvieron un golpe de estado, promocionado por las macro corporaciones, encabezado por O Globo, y la población poco o nada hizo al respecto.
Estudiar
Brasil no tenía tradición universitaria. Los blancos pudientes solían enviar a Portugual a que se formasen. Se dice que la primera Universidad del país fue creada solamente para declarar doctor honris causa a un tal Leopoldo III. Famoso por ser el dueño de mas de 2.300.000 km² y explotador de negros y otras materias primas, que visitaría el país.
A día de hoy es casi inimaginable salir de la pobreza si uno no llega a la universidad, estudia mucho, y consigue un empleo. Esto es un arma de doble filo, porque es de este modo que se mantiene el Status Quo. Quién quiera ser médico, o ingeniero, y ganar mucho, ha de primero costearse los carísimos cursos en la facultad, y disponer de un tiempo de estudio que no se compagina con tener que trabajar, por lo que estos estudios (y por consiguiente empleos) quedarán siempre en manos de los pocos que pueden pagarlo. Cierto es que en este último siglo se inauguraron muchas universidades y se dieron bastantes becas (para pobres, para negros y otros excluidos). Formarse en la universidad sigue siendo para los pocos que mucho tienen.
Futuro incierto
Brasil es el país que no quiere ser. Debería ser el líder de América latina, por tamaño, población y riqueza, debería ser el motor y ejemplo de un continente unido, fuerte y relevante, pero Brasil no quiere ser. Centrados en trivialidades, Brasil tiene tendencia a mirar a EE.UU. o Inglaterra, antes que a sus vecinos. Desconocen la cultura, historia y actualidad de los países fronterizos, pero saben el nombre de muchos estados yanquis. Sólo saben de la existencia de Argentina por la rivalidad futbolera (y porque reciben vientos de turistas de allí).
Brasil se quedó en el pasado, donde la oligarquía es ley y los esclavos sonríen. Brasil se encerró en sí mismo y abrió una ventanita que le permite admirar el capitalismo más nefasto de EE.UU. Brasil no quiere ser, pero algún día se tendrá que ser, por su propio bien. Por el de todos sus vecinos.
Suscríbete a Viajando
Y llévate de regalo 14 trucos para saber cómo comprar vuelos online baratos
Todo lo que tienes que saber para comprar vuelos online sin caer en estafas y perder el tiempo. Ahorra tu dinero en el vuelo y gastatelo en el destino.
Parece ser que estamos en la era de los golpes de estado «sutiles», que no parecen golpes de estado pese a serlo sin duda
¡Qué interesante! Buen análisis para reflexionar sobre Brasil cuando se viaja por él.
«No bastó que en los últimos años, de la mano de Lula, más de 40 millones de brasileros hayan salido de la pobreza, y que se haya trabajado en la inclusión de millones de jóvenes a los estudios universitarios, en Brasil los ricos son cada vez más ricos.
Las estadísticas dicen que el desempleo en el país es menor al 7%. Este dato pudiendo ser o no cierto, no es del todo claro.»
Usted tiene que tener cuidado con lo que se lee sobre Brasil. Son anuncios electoralistas y muchos datos no son veraces. Lula ha invertido en las personas, más bien porque la economía de Brasil era muy buena porque vivíamos Eldorado del Petróleo como Venezuela. Teníamos dinero. Pero no ha inviertido en la educación básica, sólo se puede entrar en la universidad pública quien estudió en los colegios caros. Los pobres pagan para estudiar, una inversión de valores desde siempre. Estoy de acuerdo acerca de la falta de los brasileños con la cultura de los países hermanos. Esto se justifica por la diferencia de idioma y la distancia territorial. Brasil está en el este del continente y el resto de Sudamérica en el Occidente, con el Amazonas y el Pantanal en el medio. Tenemos mucho más proximidad con la cultura africana que con la cultura latinoamericana de facto.
Hola Roxane!! Gracias por brindarnos tu punto de vista! Si bien es cierto que muchos datos no son veraces, lo que es innegable es que el gobierno de Lula fue el que más promovió la inclusión social. Brasil es uno de los países más desiguales del mundo históricamente, y en nuestra opinión, si la época del dorado petrolero hubiera tocado con otro gobierno que no sea el de Lula, las diferencias se hubieran acrecentado. Muchos defectos tiene ese gobierno, no lo niego, pero nos aventuramos a creer que son mucho menos que los de cualquier otro gobierno.
Con respecto a la falta cultural de Brasil con respecto a sus hermanos continentales tampoco creo que se deba al idioma (puesto que es casi inteligible al castellano) ni a la distancia territorial (que es mucho menor que la que se tiene con África). Más lejos está Estados Unidos y más difícil es el idioma, sin embargo muchos brasileros han estado en Estados Unidos que en Sudamérica. Yo más bien creo que fue una estrategia oligarca promovida por intereses antilatinoamericanistas. Divide y gobernarás. En muchos países de América del sur conocemos músicos brasileros, y pocos brasileros conocen músicos sudamericanos.
Abrazo y gracias por comentar!!!