«¡Ve allá volando (porque dicen le habían nacido unas alas), y sentándote allí toma posesión en el mismo asiento donde parece aquel mojón, porque nosotros iremos luego a poblar y vivir!»
Y de Nazca nos fuimos a Cusco, 14 horas ni más ni menos…
Cusco o Cuzco (en quechua Qusqu o Qosqo) es, como bien recoge la constitución peruana, la Capital Histórica del Perú. Se dice de esta ciudad que fue fundada por Manco Cápac junto a su hermana Mama Ocllo, allá por el siglo XIII. La leyenda cuenta que Cusco les fue revelado por Inti (Dios Sol) en una peregrinación por el sur del Valle Sagrado.
No se sabe a ciencia cierta la fecha de su fundación (bien sabido es que antes de la llegada de los inkas, en el valle de Cusco habitaban otros pueblo). Lo que sí sabemos es que esta ciudad fue la capital y sede del gobierno del imperio Inka. Que Pachacútec (fundador del gran impero del Tahuantinsuyu, en el siglo XV) la convirtió en centro espiritual y político haciéndola la urbe más importante de Sudamérica. Después de la conquista española, la ciudad fue tomando tintes coloniales, con grandes catedrales e innumerables iglesias, que a su vez fueron derruidos por los sucesivos terremotos y reconstruidos. Para los españoles, dominar esta ciudad no solo significaba dominar la capital del inkanato, sino que era la ciudad intermediaria entre los grandes puertos de Lima (océano Pacífico) y Buenos Aires (océano Atlántico), por lo cual fue de vital importancia en época de los virreinatos.
Actualmente, en pleno siglo XXI, esta ciudad de inefable origen sigue siendo la ciudad distinta del continente. Muchas ciudades del cono sur han intentado inútilmente parecerse a las grandes ciudades europeas, pero han fracasado porque la imitación se centró casi exclusivamente en su arquitectura, y no era ese el camino a seguir.
Qué ver: El punto de referencia es la plaza de armas, plaza central que ya lo era en época inkaica. Desde aquí se pueden ver la Catedral del Cusco, la Iglesia de la Compañía de Jesús y sus muchos restaurantes y hoteles turísticos. También se puede visitar el Convento e Iglesia de la Merced, construida en 1536 y reconstruida en 1675.
Los famosos muros de la calle Hatun Rumiyuq con sus piedras imposibles son una visita infaltable que te conducen al mercado de San Blas, zona de carácter bohemio-artesanal ahora dedicada al turista. Este barrio es de los más pintorescos de la ciudad, con casas coloniales sobre cimientos incas, además esta el camino del inca.
Por último y no menos importante, Coricancha. Fue el templo más importante dedicado al Sol. Ligeramente alterado por los españoles, aun se puede apreciar en su interior se bellos muros incas y al centro un monolito.
Dónde comer: Del mismo modo que los hospedajes, abundan restaurantes para turistas, aunque nosotros siempre nos decantamos por los lugares más locales, donde el gringo que pasa por allí parece haberse perdido, sólo hay que salir un poquito de la zona turística
Dónde dormir: No faltarán ofertas para todos los bolsillos, pues abundan los hospedajes. Debido a la afluencia de turistas jóvenes, muchos hostales por la noche parecen pubs o discotecas para gringos. Nosotros encontramos en Villa San Blas (un poco más arriba del mercado) el hospedaje perfecto. Casa Hilltop (o CasaQuenko) era el más barato, con diferencia, y la buena onda reinante no interfiere con el sueño, pues pasadas las 22 hs. ya estábamos todos descansando.
Muchos visitantes del Machu Picchu prefieren ir con tiempo y calma y suelen pernoctar entre Urubamba y Ollantaytambo donde también abundan las ruinas históricas precolombinas. Se trata de un lugar mas relajado.
Nosotros quisimos hacer lo mismo y pasamos una fantástica noche en el Hotel Hacienda del Valle, donde confort y naturaleza se unen en pleno valle Sagrado. Valió mucho la pena.
Quién haya tenido la suerte de visitar cualquier ciudad turística de Europa, pongamos como ejemplo Barcelona, más concretamente las ramblas, verá que en Cusco la atmósfera es muy similar. Explotada por los incansables turistas que la azotan, la ciudad se convirtió en un hervidero de caza turistas a toda costa. Que si masajes por aquí, que si compre artesanías por allá, hasta en sus narcotraficantes políglotas se parece. Discotecas y fiestas nocturnas abundan.
Pero la capital de los pueblos originarios del Sur tiene un toque andino imposible de pasar por alto. Sus valles verdes, sus cielos parcialmente nublados, y su arquitectura incaica (o pre incaica), la mística de la que se abriga (y no solo con Machu Picchu, todo el valle Sagrado está repleto de ruinas), hacen de esta ciudad, la 8va más poblada del Perú, un lugar diferente, imponente, que sobrecoge el alma, con una velocidad mucho mayor a las ciudades andinas, de metabolismo lento y agitado por la altura.
Cusco es la capital de los Andes, y los Andes son la columna vertebral de Sudamérica.

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